Calderas de gasoil para calefacción. ¿Cuáles son las mejores?

Las calderas de gasoil más indicadas para calefacción son las calderas de condensación, que calientan agua que es repartida por el sistema de calefacción por suelo radiante o por los radiadores, lo que permite aumentar la temperatura de los espacios interiores. También pueden ser mixtas, además de producir calor, pueden ser utilizadas para producir la suficiente agua caliente sanitaria (ACS) para proveer la vivienda.

El proceso para calentar el agua se produce por la combustión del gasóleo para calefacción en el quemador de la caldera, este combustible se ubica en un depósito ubicado en un área segura y se conduce a la caldera a través de un ducto.

En el mercado actual encontramos dos tipos de calderas de gasoil para calefacción:

  • Calderas de condensación: ofrecen mayor rendimiento y eficiencia, pero su coste inicial es más más elevado, aunque a largo plazo tienden a ser más económicas, produce agua caliente a 90 °C, este tipo de calderas gracias a su alta eficiencia ofrecen un ahorro de hasta el 30%.
  • Las calderas de baja temperatura: tienen un costo más bajo, pero tienen un nivel de eficiencia menor, producen agua caliente a una temperatura de 40 °C, y debido a su bajo nivel de eficiencia ofrecen un ahorro inferior al 20%.

Las calderas de gasóleo mixtas (calefacción – ACS) se encuentran de tres tipos de producción de ACS instantánea, por microacumulación o con acumulador.

En cuanto a tecnología, las calderas a gasoil se dividen en:

Caldera de gasoil estancas: conocidas también como calderas cerradas, no requieren entrada de aire ni conducto de chimenea, se pueden instalar en espacios cerrados. Están diseñadas para operar con dos circuitos uno que se utiliza para la entrada de aire y otro que se utiliza para evacuar los gases producidos por la combustión del gasoil.

Calderas de gasoil atmosféricas: conocidas también como calderas abiertas, toman el aire que necesitan para la combustión del gasoil del local donde se encuentran ubicadas y expulsan los gases de combustión a través de una chimenea, por lo que en la estancia donde se ubique la caldera es necesaria la renovación del aire.